Las Microalgas

Las Microalgas verde-azules (Cyanophyta) existen desde hace más de 3.500 millones de años. A estas Microalgas debemos la atmósfera de oxígeno que hoy respiramos y en la cual pudieron evolucionar las otras formas de vida.

Como uno de los primeros organismos en la cadena trófica, Spirulina (Arthrospira) ha constituido un alimento base para millones de especies, a través de eones de tiempo.

La humanidad ha tenido contacto con ellas desde tiempos milenarios y ha sido alimento para muchos pueblos. Los Mayas clásicos consumían este alimento que cultivaban y recolectaban de lagos salinos, incluyéndola en su dieta diaria.

Por su contenido altamente nutritivo, se le apreciaba como un alimento sagrado, con el cual elaboraban galletas enriquecidas con Spirulina, las que podían ser llevadas en sus viajes para mantener la salud y el vigor, sin necesitar otras fuentes alimentarias.

Los Aztecas también consumían Spirulina, la que crecía en forma natural en algunos de sus lagos y le llamaban Tecuitlatl (“alimento de los dioses”). Esta abundancia de Spirulina desapareció en el siglo XX debido a contaminación ambiental que afectó los cultivos.

En la actualidad, el único lugar en el mundo donde Spirulina crece en forma natural, es en Chad, en el centro de África. Allí le llaman Dihé, al que le atribuyen muchas propiedades curativas. Actualmente, los Kanembúrecogen del lago Chad, las microalgas húmedas en vasijas de barro y las escurren en telas sobre canastos, la secan al sol sobre la arena, luego la parten en pedazos (galletas) y las mezclan con salsas. Así la añaden a sus platos, constituyendo un 70% de sus comidas.

Desde entonces surgió el interés de científicos por investigar el contenido de este alimento milenario, observando un buen estado nutricional en los pobladores de esta región africana.